jueves, 28 de mayo de 2020

REFLEXIONES SOBRE ESTA ÉPOCA DE AISLAMIENTO SOCIAL. 2. Ástrid Arboleda

 

HUBO UNA VEZ

 

En que las calles

tanto de día como en la noche

aplaudían en silencio

la soledad

era su carnaval

el aseo su mejor ofrenda

a las sombras no humanas

que las frecuentaban

 

Esa misma vez

recogidos en sus hogares

los humanos reconocieron

a sus compañeros de vida

pareja o hijos

un fantasma desconocido

lo permitió

 

Se aprendió a caminar pausado

se sabía dar las gracias

sonreírle al tiempo

aún en cielo gris

hablar con las aves que

picoteaban aleros y ventanas

ahora sí abiertas de par en par

 

Se celebró con regocijo

dejar a un lado la afeitada

idas al salón de belleza

visita obligada al ropero

para mejor lucir en el día a día

 

La prisa salió de vacaciones

se olvidó del despertador

las madrugadas para

tomar el autobús

sin dejar de lado eso sí

los deberes cotidianos

 

Se escapó de la clausura

el amor al prójimo

también el respeto

a los arroyos

al aire y las montañas

seres que desde antaño

silentes lo reclaman

 

En esa misma vez

renacieron los vecinos

por extraña coincidencia

su enemigo fantasma

solidaridad les motivó

 

La música alegró en pantallas

corazones de niños y grandes

el cine los puso a soñar

las palabras rompieron

el barrote invisible

y brotaron en cascadas de versos

cuentos y narrativas mil

 

Sobre alfombras de peces

viajaron a su más profundo interior

y descubrieron cuánto daño  

a la naturaleza

sus malos hábitos

causaban

 

Al ser testigos inermes

de la partida hacia el silencio

de sus congéneres

se usaron pócimas e inciensos

en promesas de mejores seres

con sencillas vidas

si se pasaba aquella prueba

 

Aprecio a la vida

enseñó a la humanidad

esa vida monástica

aquella vez

 

Sí. Esto ocurrió

solo una vez

 

 

Ástrid Arboleda Fernández


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