martes, 20 de febrero de 2024

Un nuevo texto poético costumbrista del escritor John Hoyos

 

LOS ANDENES


Las aceras son las muchachas

más sico-rígidas de la ciudad.


A veces con adoquines,

otras con baldosines

y siempre con líneas rectas trazadas en su concreto.


¡Tan cuadriculadas ellas!


Por aquello de su vida tan arrastrada

tienen cercanía con las alpargatas y las chanclas.

Se precian de saber cuáles peatones estrenan zapatos

y quiénes precisan de un cambio urgente de suelas.


Muchos las acusan de mironas,

más que las luminarias,

pues se divierten mirando las pantaletas de las damas

y hacen apuestas sobre el color de las tangas de las chicas que las pisotean. 


Odian los tacones de puntillas,

las hieren en sus entrañas.


En los días de lluvia

se mofan de quienes caen de espaldas

y sienten enorme placer besando sus traseros.


Se estremecen cuando los chicos las pintan para jugar rayuela

(Buenos días, don Julio) y, 

en tiempos pasados, 

eran las rutas de Vueltas a Colombia con tapas de cerveza.


Están orgullosas de su labor social,

son el duro lecho de los habitantes de calle

y la vitrina de vendedores informales.


Dicen que ocupan el nivel más bajo del amueblamiento urbano, 

no lo creen así, siempre están más altas que las calzadas.


Les parece ridículo el lenguaje inclusivo, 

se sienten bien como andenes o como aceras.


                                                           John Hoyos

martes, 13 de febrero de 2024

A propósito de Poesía infantil y juvenil: algo de teoría más algunos poemas


A continuación, apartes de mis apuntes en Escritura creativa de UNIR y de los libros: Rimas y leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer, y Poesía completa, de Federico García Lorca.

Miguel D´Ors dijo: "Todo gran poeta tiene un universo propio, pero no basta tener un universo propio para ser un gran poeta. Hay que saber cantar" El "mundo" de cada autor es aquello que desea trasmitir, y la "canción", la manera de plasmarlo: una "música" hecha de sílabas y de sustantivos, adjetivos y verbos. 

En poesía prima la forma sobre el fondo, es decir, el cómo se dice el mensaje sobre el mensaje mismo. Por eso, cuando escribimos un poema estamos utilizando la función poética del lenguaje, pues pensamos, en primer lugar, en crear belleza y en transmitir sentimientos, pero enriqueciendo y embelleciendo nuestro idioma mediante recursos estilísticos tales como metáforas, hipérboles, aliteraciones, ritmo y rima. Para el famoso lingüista Roman Jakobson esta función consiste en una puesta de relieve del mensaje en sí mismo.

 Para Daniel Innerarity, filósofo español, “la poesía consiste en crear belleza, y la belleza literaria no es decorativa sino esencial (…) el lenguaje poético se caracteriza porque crea imaginariamente su propia realidad”.

 Para el poeta Gustavo Adolfo Bécquer: "Todo el mundo siente. Solo a algunos seres les es dado el guardar, como un tesoro, la memoria viva de lo que han sentido. Yo creo que estos son los poetas".

Si hablamos de poesía infantil y juvenil, el niño es un atento receptor, y muchos estudiosos y poetas han reflexionado sobre el hecho de que, cuando alguien lee un poema, lo hace suyo.

 Enrique García-Maiquez da otra vuelta de tuerca al manido tópico de Pessoa (el poeta es fingidor) en su poema El lector es un fingidor:

"Cuento mi vida, pero lees la tuya.

[…]Se trasfigura en álamo

el pino de mi casa. Mis amigos

son mis desconocidos de repente.

Y hasta mi amada es ya tu amada.

[…]Como te dijo Bécquer,

poesía eres tú.

Y yo el poema".

 

En los últimos años del Romanticismo surge la conmovedora figura de Gustavo Adolfo Bécquer. Con sus rimas comienza la poesía contemporánea en la literatura española. Algunos de sus poemas abren el camino más adecuado para la iniciación de los jóvenes en la lectura de poesía. El libro de versos Rimas y leyendas, es una recomendación que nunca falla, con temas: exaltación del amor, el desengaño, el dolor y la angustia… y la poesía. 

RIMA II

Saeta que voladora

cruza, arrojada al azar,

sin adivinarse dónde

temblando se clavará;

 

hoja que del árbol seca

arrebata el vendaval,

sin que nadie acierte el surco

donde al polvo volverá;

 

gigante ola que el viento

riza y empuja en el mar,

y rueda y pasa, y se ignora

qué playa buscando va.

 

Luz que en cercos temblorosos

brilla próxima a expirar,

y que no sabe de ellos

cuál el último será.

 

Eso soy yo, que al acaso

cruzo el mundo, sin pensar

de dónde vengo ni a dónde

mis pasos me llevarán.

 

Y estos dos de Federico García Lorca:

EL LAGARTO ESTÁ LLORANDO

(A Mademoiselle Teresita Guillén

tocando su piano de seis notas).

 

El lagarto está llorando.

La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta

con delantaritos blancos.

Han perdido sin querer

su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,

ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente

monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,

lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!

¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay cómo lloran y lloran,

¡ay! ¡ay! cómo están llorando!

 

CANCIÓN TONTA

 

Mamá.

Yo quiero ser de plata.

Hijo,

tendrás mucho frío.

Mamá.

Yo quiero ser de agua.

Hijo,

tendrás mucho frío.

Mamá.

Bórdame en tu almohada.

¡Eso sí!

¡Ahora mismo!

 

 

 

 

lunes, 12 de febrero de 2024

Tres poemas del escritor caldense Ómar Morales Benítez

Viejo Verde

Se siente gladiador, compra lociones
que indefectiblemente son a plazos,
cree que en la conquista hay soluciones
para su edad, complejo de pelmazo.

Con vestido simplón, recién planchado
trata de deslumbrarla el pobre diablo,
cuida el cabello para que el peinado
dé personalidad a su retablo.

El teléfono sirve de consuelo
a su arrebato de cocacolismo
pues se siente atrevido mocosuelo.

Pero ¡ qué diantres !, si ya peina canas,
es socio de un feroz reumatismo
y todo se le va en las puras ganas.


Justicia a la Carta

atildado caballero
amante de la ley y la justicia
decidió demandar a un fullero
que lo entrampó tranquilo y con sevicia.

Pero qué batallar sin resultados
entre artículos, parágrafos e incisos,
sintió que el mundo se lo había tragado
a pesar de argumentos bien precisos.

Sin las coimas y sin las comisiones
todo se queda ahí y ni se inicia
para mal de sus sólidas razones.

No convino con tales procederes
de malandrines y de mercaderes
que sin Dios fusilaban la justicia.


La Solterona

Si la recuerdo es porque me da rabia
haya vivido siempre de rodillas:
vistiendo santos, asistiendo a misa
y siguiendo un ejemplo de traílla.

El “que dirán” fue siempre talanquera
para hacer de su vida cosa grata,
no conoció el amor porque no era
capaz de desafiar a las beatas.

Entre litografías de los santos
de su devota complacencia quiso
derrochar lo mejor de sus encantos
y lo que pudo hacer, pues no lo hizo.

Por el pueblo dormido en su pereza,
en un ambiente monacal y huero
circuló, vegetó, fue la nobleza
de un alma que no tuvo ningún pero.

Y yo no le perdono que si acaso
un galán le propuso matrimonio
ella nunca intentara dar un paso
aunque fuese de físico demonio.

No supo del amor su claro acento,
ni el arrumaco de un doncel ardido,
salvó así el honor de nuestro ancestro
pero se condenó en el olvido.

domingo, 4 de febrero de 2024

"La casa encima" y "Genealogía", poemas de Erika Martínez* . Y una reflexión sobre existencias que entrañan la nuestra.

Un par de poemas y una reflexión a propósito de la literatura del yo 


LA CASA ENCIMA

Tantos siglos removiendo esta tierra
que atravesó el ganado
y alimentó al ganado y a los hombres
que regaron esta tierra
con el curso negro de su sangre
−la sangre cambia de color
cuando sale del cuerpo−.
Tantos siglos alineando ladrillos,
aquí hubo un establo
sobre el que se construyó una iglesia
sobre la que se construyó una fábrica
sobre la que se construyó un cementerio
sobre el que se construyó un edificio
de protección oficial.
Tantas mujeres fregando sus baldosas,
pariendo en sus baldosas,
escondiendo la mierda debajo de las baldosas
que pisaron sus hijos ebrios
y sus sobrios maridos
que trabajaron y fornicaron
por el bien de un país en el que no creían.
Tantos siglos para que yo,
miembro de una generación prescindible,
pierda la fe en la emancipación,
mire el techo de mi dormitorio
y se me venga la casa
encima.


GENEALOGÍA


El día que me atropellaron
mi madre, en la consulta,
sintió que le crujía
de pronto la cadera,
mi hermana la clavícula,
mi sobrina la tibia,
mi pobre prima la muñeca.
Les siguieron mis cuatro tías
y mis firmes abuelas,
con sus costillas y sus muelas,
con sus sorpresas respectivas.

Entre todas, aquel extraño día,
se repartieron
hueso por hueso
el esqueleto
que yo no me rompía.

Les quedo para siempre agradecida.

 *Erika Martínez es una poeta y aforista española. Doctora en Filología Hispánica y Licenciada en Teoría de la Literatura por la Universidad de Granada. 


"A veces ser verdaderamente nosotros no está solo un paso más allá del consciente, en un hipotético sub- o inconsciente. A veces la pregunta por el nosotros se resuelve sencillamente en otras existencias que entrañan la nuestra. Un paso, se diría que espiritual o místico, y que, sin embargo, en la autobiografía avanza sin titubeos. El yo en el otro, y no como una máscara. El yo como disolución en una existencia social, familiar.

«Muchas mujeres han seguido estas huellas buscando las raíces de su ser en femenino. Como el yo de sus madres, tías, abuelas, bisabuelas quedó velado por una sociedad masculina, su propia identidad pasa por sumergirse en esa corriente anónima que va por sus venas, cartílago y memoria. Escribir la mujer que son: es en pasado y es plural.

 «Y también la historia, y la historia familiar, puede ser nuestra forma de explicarnos nuestro presente, la forma de entender nuestro papel o nuestra insignificancia.» 

(Tomado de lecciones en UNIR).

 

 


jueves, 1 de febrero de 2024

Poderoso caballero es don Dinero: un poema escrito mucho tiempo atrás, bien vigente por cierto.

Traemos un poema de Francisco de Quevedo como muestra de la evolución de la poesía con elementos de la sátira y la poesía burlesca. 

Poema que nos significa un repaso al movimiento Conceptismo.

 

Poderoso caballero es don Dinero. 

Quevedo*

Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo.
Que pues doblón o sencillo
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Nace en las Indias honrado,
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
es hermoso, aunque sea fiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Es Galán y es como un oro,
tiene quebrado el color;
persona de gran valor
tan cristiano como moro;
pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Son sus padres principales,
y es de nobles descendiente,
pues que en las venas de Oriente
todas las sangres son reales.
Y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballero
es don Dinero.

¿Más a quién no maravilla
ver en su gloria, sin tasa,
que es lo menos de su casa
doña Blanca de Castilla?
Pero pues da al bajo silla
y al cobarde hace guerrero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Sus escudos de armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus escudos reales
no hay escudos de armas dobles;
y pues a los mismos robles
da codicia su minero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos
en las casas de los viejos
gatos lo guardan de gatos;
y, pues él rompe recatos
y ablanda al juez más severo,
poderoso caballero
es don Dinero.

Y es tanta su majestad,
aunque son sus duelos hartos,
que con haberle hecho cuartos
no pierde su autoridad.
Porque pues da calidad
al noble y al pordiosero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas;
y, pues les hace bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Más valen en cualquier tierra
(mirad si es harto sagaz)
sus escudos en la paz
que rodelas en la guerra.
Y pues al pobre le entierra
y hace proprio al forastero,
poderoso caballero
es don Dinero.

* Francisco de Quevedo (1580-1645). Poeta, novelista, dramaturgo, ensayista español.

La poesía de Francisco de Quevedo, y en particular el poema "Poderoso caballero es don dinero", es un claro ejemplo de la evolución hacia el conceptismo en la lírica española del Siglo de Oro. Francisco de Quevedo fue uno de los principales exponentes del conceptismo, un estilo literario que se caracteriza por la agudeza en el ingenio, el juego de palabras y la densidad conceptual.

En "Poderoso caballero es don dinero" hay algunos rasgos del conceptismo (un movimiento literario que se opone al culteranismo (otro estilo de la época) y se centra en la agudeza intelectual y la profundidad conceptual. A saber:


1.     Juego de palabras y agudeza lingüística: Quevedo utiliza un lenguaje rico y sofisticado, jugando con las palabras y empleando giros ingeniosos para expresar sus ideas. La riqueza léxica y la agudeza son fundamentales en el conceptismo.

2.     Densidad conceptual: Cada verso de Quevedo está cargado de significado, y a menudo se requiere una cuidadosa reflexión para captar todas las capas de sentido. El poeta utiliza metáforas y simbolismos para transmitir su crítica social y moral.

3.     Contrastes y paradojas: El conceptismo busca resaltar contrastes y paradojas, y Quevedo lo logra al contraponer la aparente grandeza de don Dinero con la realidad más sombría que sugiere en el poema.

4.     Sátira social: Quevedo utiliza la sátira para criticar y ridiculizar las actitudes y valores de su tiempo. "Poderoso caballero es don dinero" es una crítica feroz a la codicia, la corrupción y la obsesión por la riqueza.