miércoles, 19 de agosto de 2020

El poeta maestro RÓMULO BUSTOS AGUIRRE de visita hoy en la red nacional de bibliotecas públicas

 Ese es el enlace donde será transmitido hoy de 3 a 4 pm: https://www.facebook.com/RNBPColombia/


Algunos de sus poemas:

En tí hace carne

El misterio de la lámpara

que aún no encendida

pregona su llama. 

(De: Lunación del amor 1990)


Árbol Camajorú

I

En lo hondo del traspatio

más allá del mango, de los durmientes ciruelos

está el árbol solo, el solitario camajorú

rodeado de sed, hechizado en el tajo de luz

en que una vez se le abrió el cielo

Todos lo miramos de lejos

Pero sus ramas ya no podemos verlas. Sus ramas

son invisibles

Sus ramas volaron a lo alto. Sus ramas quedaron

prendidas en lo alto

Y son ahora el techo del mundo

II

Bajo las raíces del árbol camajorú

hay otro árbol

El camajorú de la tierra y el camajorú del cielo

Al camajorú de la tierra se asciende bajando

como en la escalera de un sueño

Y echa un fruto redondo como preñez de luna

Del camajorú del cielo poco sabemos

Dicen que si uno come su fruto puede quedar ciego

Los ángeles de él se alimentan

(De: En el Traspatio del cielo. 1993).


La visita

“Dame un poco de ese dulce de tamarindo”

Dijo el ángel

que en lugar de voz sonaba un prodigioso metal

en la garganta

El ángel estaba asomado a la ventana

bajo la enredadera llamada trompeta de ángeles

Pero él no tocaba sus trompetas sino que repetía

“dame un poco de ese dulce de tamarindo”

En su camisón blanquísimo se veían manchas

desleídas

Una nube azul cubría sus ojos abiertos

como alguien detenido en perpetuo asombro

“es que me manché el vestido comiendo pepas

de camajorú”

Dijeron las sonajas que agitaba en su garganta

Y yo le contesté

“lávalas con agua de astromelias

para que cuando regreses no te regañe tu madre”

Afuera parecía que hubiera caído a la tierra

el más suntuoso de los astros.

(De: En el Traspatio del cielo. 1993).


Crónica de la hermana mayor

Dios creó las cuatro de la tarde

para que los árboles hablen con la brisa

Para que la hermana mayor regrese

y yo pueda esperarla junto a la verja

La hermana mayor con sus dos largas trenzas

En la esquina

la acacia ha encendido cada una de sus flores

y parece un fino candelabro a plena luz

Las columnas del parque como las patas

de seis garzas blancas

El ángel siempre atareado mirando bajo el ala

de las cosas

me murmura al oído lo que dicen los árboles

“son las cuatro la hermana vuelve”

(De: En el Traspatio del cielo. 1993).


Escena de Marbella

Junto a las piedras está Dios bocarriba

Los pescadores en fila tiraron largamente de la red

Y ahora yace allí con sus ojos blancos mirando al cielo

Parece un bañista definitivamente distraído

Parece un gran pez gordo de cola muy grande

Pero es solo Dios

hinchado y con escamas impuras

¿Cuánto tiempo habrá rodado sobre las aguas?

Los curiosos observan la pesca monstruosa

Algunos separan una porción y la llevan

para sus casas

Otros se preguntan si será conveniente

comer de un alimento que ha estado tanto tiempo

expuesto a la intemperie

(De: La estación de la sed. 1998).


De la dificultad para atrapar una mosca

La dificultad para atrapar una mosca

radica en la compleja composición de su ojo

Es el más parecido al ojo de Dios

A través de una red de ocelos diminutos

puede observarte desde todos los ángulos

siempre dispuesta al vuelo

Parece ser que el gran ojo de la mosca

no distingue entre los colores

Probablemente tampoco distinga entre tú

que intentas atraparla

y los restos descompuestos en que se posa.

(De: La estación de la sed. 1998).


Lo eterno

Lo eterno está siempre ocurriendo

ante tus ojos

Vivo y opaco como una piedra

Y tú debes pulir esa piedra

hasta hacerla un espejo en que poderte mirar

mirándola

Pero entonces el espejo ya será agua y escapará

entre tus dedos

Lo eterno está siempre en fuga ante tus ojos.

(De: Sacrificiales. 2004).


Mantarraya

Por algún divertido arreglo

los dos muchachos han dividido en dos la mantarraya

como si fuera una hoja de papel

y ahora cada uno lleva su parte colgando de la mano

Ya nada queda de la gracia que el animal

exhibe en los acuarios

Ondeando, sumergiéndose, elevándose en el agua

todo su cuerpo como dos extrañas alas

Mientras la ofrecen a lo largo de la playa los dos/

muchachos

aseguran que con ella se prepara un excelente

y vigorizante cocido

Las dos partes siguen vivas

A veces una de ellas levemente se estremece y aletea

como si una parte reclamara la otra

O como si conservara alguna oscura memoria de su/

vuelo.

(De: Sacrificiales. 2004).


De la levedad

Érase un alma tan leve que cuando murió su cuerpo

era tal su levedad que pasó sin detenerse ante/

la Puerta del cielo

Al menos eso fue lo que creyó el Guardián de la Puerta

Y el Guardián de la Puerta alarmado

temiendo que fuera a dar al Abismo o Vértice de la/

nada

le sugirió que, a modo de plomadas, dejara caer/

palabras pesadas

Y el alma leve dijo: ceiba, argamasa, potala, escaparate

Pero siguió levitando

Y el Guardián de la Puerta le sugirió que probara con/

malas palabras

Y el alma leve dijo palabras crapulosas

que la censura celeste me impide repetir

Pero siguió levitando

Y el Guardián de la Puerta le sugirió que probara con/

palabras inmundas

Y el alma leve dijo palabras abyectas

que el asco me hace imposible repetir

Y finalmente el alma leve se perdió de vista

ante la mirada desolada del Guardián de la Puerta

que era en realidad Sir Isaac Newton en apariencia de/

Guardián de la Puerta

no lograría comprender que per saecula saeculorum/

nada sabría

sobre el libre vuelo o caída de las almas en el espacio/

angélico

ni mucho menos entender

que en eso consistía su propio y exclusivo círculo del/

infierno.

(De: Sacrificiales. 2004).


Cuento

Me pregunto: ¿Por qué escribo poesía?

Y desde algún lugar del misterioso bosque

(de ese otro cuento que en vano estoy tratando

de escribir en este poema)

responde el lobo

moviendo socrático la peluda cola:

– Para conocerte mejor.

(De: Muerte y levitación de la Ballena. 2010.)


Para Wittgenstein

El silencio no quiere ser dicho

El silencio de ninguna manera puede ser dicho

Pero acaso el silencio quisiera ser dicho

Pero acaso el silencio pudiera ser dicho

Acaso lo dicho es ya silencio

O el silencio calla disfrazado en el bullicio

Acaso el poema: todas las anteriores.

(De: Muerte y levitación de la Ballena. 2010.)


Cenzontle

Pájaro numeroso el cenzontle

Ahora es una violina

Después un azulejo, un muchacho que silba

un sangretoro, un turpial

De cuatrocientos cantos habla la etimología náhuatl

Pero, a veces, pareciera cansarse

de ser tántos pájaros

y ensaya un misterioso silencio

Todo su adentro calla

como si se escuchara a sí mismo callando

como si descubriera que en su silencio habita otro/

pájaro

que canta

suspendido en su ramaje interior

Es, quizás, entonces, más cenzontle el cenzontle.

(De: Muerte y levitación de la Ballena. 2010.)


Ilímites

En alguna fase de su galope

las cuatro patas del animal están en el aire

Por un instante la rosa de los vientos

abre su centro

florece en sus cuatro pétalos

y los cuatro territorios del caballo están suspendidos

por hilos de plata

En ese mínimo instante

el animal es un pájaro.

(De: Muerte y levitación de la Ballena. 2010.)


De la moral de las piedras

Dijo

Aquel que se sienta ángel que arroje

la primera piedra

Y nadie arrojó la primera piedra

Dijo

Aquel que se sienta demonio que arroje

la primera piedra

Y nadie arrojó la primera piedra

Entonces las piedras se arrojaron contra los hombres

y sobre ellos amontonaron un monumento

a la impiedad

Porque las piedras poseen una moral de piedra

Y solo fue salvo

el cronista de esta fábula que era sordo de solemnidad

y de quien descienden

los actuales ángeles-demonios

que siguen sin arrojar la primera piedra

ni la última, por supuesto

(De: La pupila incesante. 2013).


Nefertite

La bella tuerta tiene su propio recibidor

para los visitantes

Sin duda ella sabe

que es la joya de la corona

en la Isla de los museos

Allí esta su rostro magnífico

Bello su zoológico cuello de erguida cobra

Bella su cabeza como un extraño, enorme huevo

Bello el invisible aleteo de una sonrisa

que engulle desde el misterio

Bello imaginar un pase mágico

con sus inexistentes brazos o un pase

de baile

con sus inexistentes piernas

Pero allí está su rostro tuerto y magnífico

Nunca fue tan perfecta la incompletud.

(De: La pupila incesante. 2013).


Palimpsesto

La casa era de tablas

Por entre sus ranuras yo espiaba

el siempre extraño flujo de la vida

Largas horas transcurrí tras esas

desportilladas celosías

De allí viene, creo

esta mala costumbre de voyeur

ante el mundo

Bullicio

espejo numeroso

miradas incandescentes

sobre mí

que en su extraña opacidad

me narran, me corrigen, me tachan

me reescriben…

Yo

marcas, tatuajes, sajaduras

rara escritura de una mano invisible.

(De: La pupila incesante. 2013).



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