domingo, 30 de octubre de 2022

Más tips para escribir mejor, capítulo IV: 2. Preposiciones "de" y "a"

 

2.    Preposiciones “de” y “a”


Preposición "de": ¿Cómo saber si hay dequeísmo o queísmo?


Hay que convertir la expresión que nos hace dudar en frase interrogativa. Si necesitamos la preposición «de» para hacer la pregunta, en la oración de nuestra duda también se empleará esta preposición.

Otro método para reconocer el error consiste en sustituir la proposición (oración) subordinada sustantiva por un pronombre demostrativo (eso, esto...). Hay que tener presente que la frase subordinada empieza con la conjunción «que».

Después de este repaso, ya estamos listos para analizar las oraciones planteadas en la consulta. Apliquemos la recomendación de reemplazar la oración subordinada por el pronombre demostrativo:

Siempre llego a la conclusión que debemos leer más o Siempre llego a la conclusión de que debemos leer más.

En las dos oraciones tenemos que sustituir «que debemos leer más» por el pronombre demostrativo «eso»:

Siempre llego a la conclusión eso (incorrecto).

Siempre llego a la conclusión de eso (correcto).

En la primera oración, nótese que al reemplazar la frase que comienza con «que» por el pronombre demostrativo «eso», la oración queda inconsistente. Esto nos indica que en «Siempre llego a la conclusión que debemos leer más» hay queísmo; es decir, falta la preposición «de».

Recordemos que una frase tiene dequeísmo cuando se usa innecesariamente la preposición «de» entre el verbo y la conjunción «que». Por lo tanto, hay dequeísmo cuando la sintaxis de la frase no exige la secuencia «de + que».

Hay queísmo cuando se omite la preposición «de» en contextos en que es necesaria la secuencia «de + que».

 

Preposición “a” 

La preposición a indica comúnmente el término, objeto o tendencia de la acción. No solo va delante de la persona que recibe la acción del verbo y delante de aquella a la cual resulta el daño o provecho, sino también después de los verbos de movimiento, y en las frases que expresan la distancia de un lugar o tiempo a otro, la diferencia entre dos objetos, o el punto a donde alcanza la cosa.

Función  

Ejemplos

Notas

Complemento directo

La noticia alborotó a todos

Complemento indirecto

Da limosna a los necesitados

En los verbos de movimiento

Llegamos a Albarracín

No precede a adverbios como allí.

Distancia de lugar y tiempo, y diferencia entre dos cosas

Fue de Madrid a Cádiz; De las ocho a las nueve estuvo leyendo

Punto a donde alcanza algo

Le llegaba el agua a la boca; Subía la cuenta a mil pesos.

Modo de hacer una cosa

a caballo, al contrario, a gritos, a lo duque, a lo letrado, a ojos cerrados, a oscuras, a pie, a manos llenas, a pecho descubierto, al revés, a rienda suelta, a sangre fría, a todo correr

Tiempo en que algo sucede

al anochecer, a las dos de la mañana, al día siguiente, a su llegada, a su advenimiento al trono

Lugar

Sentarse a la mesa, o a la derecha; Estar a la sombra; Crecer a su abrigo; La vi a la ventana; Se asomó al balcón; Estaba a la puerta; Le puso una cadena al cuello; Llevaba la insignia al pecho; Mirarse al espejo

No puede usarse la preposición a en todos los casos; por ejemplo, no es correcto: ×Estoy a Roma. Suele usarse con lugares próximos, de modo que a la puerta no es exactamente en la puerta, sino tal vez a un par de metros.

Motivo

a instancias de los parientes, a ruegos de su madre, a causa del frío que hacía, esto es, por causa del frío; Despertar a las voces de alguien

Afirmación

a fe de caballero, a fuer de hombre honrado, a buen seguro

Semejanza, uso o costumbre

Cortó el nudo a lo Alejandro; Una berlina a la inglesa; Una montera a la española; Obrar a lo soldado

Por esto equivale en algunos casos a según

Instrumento con que se hace algo

Pasó los habitantes a cuchillo; Tocar unas seguidillas a la guitarra; Quien a hierro mata, a hierro muere; Lo molieron a palos

Precio de las cosas

A 20 pesos el kilo

Diversiones y entretenimientos

Jugar a las cartas; Jugar al tenis

Entre un nombre repetido, movimiento pausado o continuo

Gota a gota, hilo a hilo, paso a paso

Que nada media entre dos objetos

Le hablé cara a cara; boca a boca, o rostro a rostro; Ir mano a mano; Navegar costa a costa

Entra además en la composición de muchas locuciones adverbiales*.  

a lo menos, a menudo, a tontas y a locas, a trueque de

A consecuencia de los usos generales de esta preposición, puede ir después de los adjetivos acostumbrado, aficionado, amarrado, asido, contrario, igual y otros muchos, como también después de los verbos que vienen de dichos adjetivos o dan origen a ellos: acostumbrarse, aficionarse, amarrar, asirse, contrariar, igualar, etc.

Con complemento directo (el que está exigido por el verbo y completa su significación al designar la entidad a la que afecta directamente la acción verbal. 

También se lo llama objeto directo o complemento acusativo y la capacidad que tienen los verbos de tener complemento directo es la transitividad).

 

La preposición a puede introducir el complemento directo en ciertos casos, especialmente cuando se refiere a personas. En ocasiones, sin embargo, un complemento directo de persona puede no llevar la preposición o, por el contrario, puede tenerlo siendo de cosa.

También se lo llama objeto directo o complemento acusativo y la capacidad que tienen los verbos de tener complemento directo es la transitividad.

Lleva la preposición en los siguientes casos, entre otros:

1. Cuando el complemento es una persona o varias personas conocidas y definidas, aunque hay excepciones:

Vi a mi hermano ayer

Haga el favor de servir a María

Busco a un criado mío [uno concreto]

Pero busco un criado [quiero contratarlo]

En ocasiones, para evitar ambigüedades, se suprime la a en el complemento directo:

Recomendé el criado a mi madre

Ciertos verbos cambian su significado según lleven o no a:

Él enseña los perros al público [~ los muestra]

Él enseña a los perros [~ los educa]

Mi hermana quiere un criado [~ le gustaría tener uno]

Mi hermana quiere a un criado [~ lo ama]

Los bandidos robaron los niños [~ se los llevaron]

Los bandidos robaron a los niños [~ les quitaron algo a los niños]

2. Cuando el complemento directo alude a un animal que se considera inteligente o que se aprecia, así como a una cosa personificada:

El toro mató al caballo

Ama mucho a su perro

Persiguió al león

Ella acariciaba a sus gatos

Temían a la muerte

Las campanas aclaman a la victoria

3. Para evitar ambigüedades, cuando el sujeto y el complemento denotan cosas y el primero va al pospuesto al verbo:

Al terror sucedió la calma

Alcanzó el rápido al tren expreso

Usos impropios

En ocasiones la preposición a en lugar de otras que en el contexto serían más apropiadas, como para, en, etc.

iniciarse en la lectura

iniciarse a la lectura

montarse en el tren

montarse al tren

en el momento actual

al momento actual

el rescate de la princesa

el rescate a la princesa

Posible influencia de verbo rescatar o de ayuda

servir para una función

servir a una función

contraproducente para sus intenciones

contraproducente a sus intenciones

Probable cruce con contrario a

kilómetros por hora

kilómetros a la hora

Las confusiones en el régimen de algunos verbos originan que se introduzca a cuando no debe haber preposición alguna. Un ejemplo es el caso de mandar. Este verbo no debe llevar preposición, y si la lleva, la idea es de finalidad:

Me mandó a comprar tabaco (para que comprara tabaco).

Sin embargo, si lo que se pretende expresar es solamente la acción que depende del verbo (el complemento directo) la preposición no aparece en el español de España, aunque en el de América sí aparece:

Me mandó a llamar. Me mandó llamar.

La mandó a traer los papeles. La mandó traer los papeles.

Algo similar sucede con acostumbrar. Cuando se construye este verbo con la preposición a se le otorga el sentido de 'habituar', 'adquirir la costumbre':

Debes acostumbrarla a hacer sus ejercicios.

Cuando equivale a soler puede prescindirse de la preposición, pero también vale con ella:

No acostumbro a comer nada entre horas. No acostumbro comer nada...

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