lunes, 25 de agosto de 2025

Paralelo literario de “Soneto del Retorno” (de Mario Villegas Galarza) con otros grandes poetas

 A propósito de la anterior publicación “Soneto del Retorno” de Mario Villegas Galarza" , un paralelo literario con otros grandes poetas que también trataron la ausencia, la espera y el retorno:

Quevedo y Neruda: la ausencia definitiva, marcada por la muerte o el amor perdido.

Garcilaso y Machado: la fugacidad del tiempo y la huella que deja la partida.

Villegas Galarza: introduce una variación original: la espera del que se queda también es un viaje, un peregrinaje interior, que a veces duele tanto como el partir.


Quevedo: la ausencia como llaga perpetua


Francisco de Quevedo en su famoso soneto “Cerrar podrá mis ojos la postrera / sombra que me llevare el blanco día…” convierte la ausencia en algo eterno: aun después de la muerte, el amor sigue vivo.

En Quevedo, la ausencia es definitiva (la muerte).

En Villegas, la ausencia es transitoria, pero dolorosa: existe la esperanza de retorno.

Ambos coinciden en que el tiempo deja huellas visibles (“larga huella de este lloro ausente” vs. “polvo serán, mas polvo enamorado”).


Garcilaso de la Vega: la espera como dolor dulce


Garcilaso en su soneto “En tanto que de rosa y azucena…” mira el paso del tiempo en el rostro humano. La nostalgia por lo que se va es el motor de su poesía.

Garcilaso contempla la juventud que parte y no vuelve.

Villegas contempla a las personas que parten, esperando su regreso.

En ambos, la mirada es símbolo del tiempo vivido: los ojos reflejan tanto la belleza perdida (Garcilaso) como la tristeza de la espera (Villegas).


Antonio Machado: la añoranza de los que se fueron


En “Campos de Castilla”, Machado evoca a los que se marchan o han muerto, caminantes que dejan huellas en el sendero.

Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.”

Villegas: “Vosotros que tomásteis el camino / o yo que me quedé, solo, esperando.”

Ambos ponen en tensión el que camina vs. el que queda, pero Villegas acentúa el dilema: ¿quién vive más peregrinación, el que se va o el que espera?


Pablo Neruda: el retorno imposible

Neruda en su “Veinte poemas de amor” escribe: “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.”
Neruda acepta la imposibilidad del regreso (el amor perdido no vuelve).
Villegas mantiene una esperanza de retorno: los que se fueron “con alegría retornen a mi casa lentamente.”
Aquí el contraste es fuerte: Neruda resalta la pérdida irreversible, mientras Villegas aún confía en la reconciliación con los ausentes.


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