martes, 30 de septiembre de 2025

Éxito en la presentación del libro Vecinas del cuento, antología 2025.

La primera antología de cuentos del colectivo Vecinas del cuento se lanzó en la Feria del libro de Manizales, el 7 de septiembre de 2025. Proyecto ganador de un estímulo a proyectos culturales 2025, de la Secretaría de cultura y civismo, de la Alcaldía de Manizales.

La presentación oficial tuvo lugar en el auditorio del Banco de la República el pasado 26 de septiembre. La filósofa magister en Lectura y Escritura, Sofía Acevedo, moderó el conversatorio con las integrantes del grupo y con Alejandra Jaramillo Morales, escritora y miembro de la Academia de la lengua colombiana.

Después del conversatorio y presentación del libro se ofreció una copa de vino con ambientación del saxofonista Esteban Valdez, mientras las orgullosas vecinas firmaron libros al numeroso público.




















Publicación en La Patria:
https://www.instagram.com/p/DPJ7qzVjEq7/?img_index=1&igsh=d3lpd3U5dXVmNnFr





domingo, 7 de septiembre de 2025

Hoy presentación del libro Primera Antología Vecinas del Cuento

 






Leer y escribir, un gozo eterno

 

Por Alejandra Jaramillo Morales, escritora

 

En el año 2021 recibí una llamada de Las vecinas del cuento. Lo primero que imaginé fue que me llamaban de un club de lectura, un grupo más de mujeres o de personas que se reúnen a leer literatura. Me emocioné, porque en los últimos años he presenciado, en múltiples visitas, esos encuentros de lectores y lectoras que mantienen la vitalidad de la literatura en la cultura colombiana. Al inicio me encontré con muchos clubes de mujeres pensionadas, pero con el tiempo los clubes siguen pululando y ahora hay de múltiples lugares, de diversos grupos etarios y que leen una gran diversidad de géneros y corrientes literarias. Leer en Colombia se ha convertido en un acto colectivo, una actividad que une y permite la aparición de preguntas y sentires fundamentales para la vida.

Sin embargo, la invitación no era a conversar sobre la lectura de un libro, Las vecinas del cuento no eran solo un magnífico grupo de lectoras, eran un taller de escritura. Eran un grupo de mujeres pensionadas, que entre diversas actividades posibles escogieron el placer de leer y escribir y que buscaron el apoyo de la Red Relata del Ministerio de Cultura para consolidarse como taller en la ciudad de Manizales. Encontrarme con estas mujeres me alegró mucho, y aunque las políticas sociales para las mujeres pensionadas siguen quedándose cortas, al no considerar alternativas a la simple atención en salud, saber que ellas habían encontrado el camino de la lectura y la escritura, que siempre van juntas, me emocionó.

Desde su fundación, este colectivo ha desarrollado un riguroso proceso de formación literaria, participando en talleres de escritura creativa, clubes de lectura y encuentros con escritores y escritoras reconocidas. Además, gracias a su participación en la red Relata, han generado articulación con otros grupos literarios del país y el acceso a programas de formación con escritores de trayectoria, demostrando su compromiso y reconocimiento institucional.

Durante varios meses me reuní con ellas, leímos juntas, conversamos sobre lo que significa escribir ese género mayor que es el cuento, y las acompañé en la escritura de sus propios textos. De hecho, me alegró, al leer este libro, que ahora publican algunos de los textos que en ese tiempo comentamos. Claro está, debo decir, que encontré esos textos conocidos y los muchos otros que acá se están publicando, muy trabajados, cuidadosamente corregidos y bien logrados.

Esta antología muestra el talento literario de estas mujeres, quienes han sido reconocidas en concursos nacionales e internacionales y han publicado sus obras en diversas antologías. Encontramos en estas historias una diversidad de temas y formas de narrar. Cristina Botero Calderón explora formas de la locura y las alucinaciones, una infancia llena de olvidos, los abusos en el matrimonio y el vicio por el juego y nos recuerda el estruendoso final de los seres que fueron arrastrados por la avalancha de Armero; María Elena Jiménez narra los devenires del amor de pareja y las culpas que se enmarañan en esos amores, plantea la ambigüedad entre la responsabilidad y la culpa en el amor a la madre y culmina con el fantasma de la brutalidad creada por los negocios sucios y la sanción por la infidelidad; Martha Lucía Londoño Carvajal nos lleva a vivir la ansiedad y así mismo nos lanza a un universo futurista, místico, indígena de nanochips que pueden producir interconexión neuronal para hacernos posible vivir las emociones y los pensamientos de otros seres. ¿Podremos así recuperar memorias perdidas? Oímos también en sus cuentos Las cuatro estaciones de Vivaldi marcando el mundo interno de los personajes, la música y la vida entrelazadas; Beatriz Elena Santander Mejía transita por la pandemia, el encierro y la muerte, y en otra dirección explora la duda de si puede uno amar a un criminal; Luz Adriana Suárez González nos sumerge en la crianza amorosa que deriva en el vacío, el silencio de un niño y su abuela que pierden todo en la distancia y en un registro muy diferente nos entrega una historia mitológica en una vuelta de tuerca; finalmente tenemos a Galu -Olga Lucía- Jaramillo Ochoa y sus cuentos, una nueva visita a la noche septembrina, el eco del amor de los héroes, la locura desatándose entre una madre y un hijo sometidos a acompañarse por siempre, odios familiares, un delicado cuento que gira sobre una extraña pregunta: ¿Puede cazarse la soledad? Y un juego de espejos donde la soledad descuella entre la muchedumbre y nos refleja brutales y abrumados.

Les invito pues a adentrarse en esta lectura, a disfrutar estos cuentos que son el resultado de un proceso de escritura juicioso y definitivamente feliz. 



 








lunes, 1 de septiembre de 2025

RECUÉRDAME. Por la memoria de Ana Catalina Gómez Gallo, este poema de David Harkin.

RECUÉRDAME

 

Puedes llorar porque se ha ido o puedes sonreír porque ha vivido.

Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva,

o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;

tu corazón puede estar vacío porque no la puedes ver,

o puede estar lleno del amor que compartiste.

Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y darle la espalda,

o puedes hacer lo que a ella le gustaría:

Sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

                                                                David Harkins.

Con toda consideración a su hermana, Sofía, y a sus padres Liliana y Jaime. A sus familiares y amigos. 

Que la paz vuelva a sus corazones y el recuerdo de ese ser tan querido ilumine sus vidas.

 

 

lunes, 25 de agosto de 2025

Paralelo literario de “Soneto del Retorno” (de Mario Villegas Galarza) con otros grandes poetas

 A propósito de la anterior publicación “Soneto del Retorno” de Mario Villegas Galarza" , un paralelo literario con otros grandes poetas que también trataron la ausencia, la espera y el retorno:

Quevedo y Neruda: la ausencia definitiva, marcada por la muerte o el amor perdido.

Garcilaso y Machado: la fugacidad del tiempo y la huella que deja la partida.

Villegas Galarza: introduce una variación original: la espera del que se queda también es un viaje, un peregrinaje interior, que a veces duele tanto como el partir.


Quevedo: la ausencia como llaga perpetua


Francisco de Quevedo en su famoso soneto “Cerrar podrá mis ojos la postrera / sombra que me llevare el blanco día…” convierte la ausencia en algo eterno: aun después de la muerte, el amor sigue vivo.

En Quevedo, la ausencia es definitiva (la muerte).

En Villegas, la ausencia es transitoria, pero dolorosa: existe la esperanza de retorno.

Ambos coinciden en que el tiempo deja huellas visibles (“larga huella de este lloro ausente” vs. “polvo serán, mas polvo enamorado”).


Garcilaso de la Vega: la espera como dolor dulce


Garcilaso en su soneto “En tanto que de rosa y azucena…” mira el paso del tiempo en el rostro humano. La nostalgia por lo que se va es el motor de su poesía.

Garcilaso contempla la juventud que parte y no vuelve.

Villegas contempla a las personas que parten, esperando su regreso.

En ambos, la mirada es símbolo del tiempo vivido: los ojos reflejan tanto la belleza perdida (Garcilaso) como la tristeza de la espera (Villegas).


Antonio Machado: la añoranza de los que se fueron


En “Campos de Castilla”, Machado evoca a los que se marchan o han muerto, caminantes que dejan huellas en el sendero.

Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.”

Villegas: “Vosotros que tomásteis el camino / o yo que me quedé, solo, esperando.”

Ambos ponen en tensión el que camina vs. el que queda, pero Villegas acentúa el dilema: ¿quién vive más peregrinación, el que se va o el que espera?


Pablo Neruda: el retorno imposible

Neruda en su “Veinte poemas de amor” escribe: “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.”
Neruda acepta la imposibilidad del regreso (el amor perdido no vuelve).
Villegas mantiene una esperanza de retorno: los que se fueron “con alegría retornen a mi casa lentamente.”
Aquí el contraste es fuerte: Neruda resalta la pérdida irreversible, mientras Villegas aún confía en la reconciliación con los ausentes.


Soneto del retorno. Hermoso soneto del poeta Mario Villegas Galarza

 Soneto del retorno 

Y todos partirán. Tan solamente 
me quedaré esperando que algún día 
los que se fueron hoy con alegría 
retornen a mí casa lentamente. 

Encallecida mostraré la frente 
de tanto recordar la lejanía 
y se verá en mis ojos todavía 
la larga huella de este lloro ausente.

Y todos volverán... Francos, cordiales 
se abrirán a su valía los umbrales 
porque el retorno seáles más blando. 

Y les diré: ¿Cuál fue más peregrino, 
vosotros que tomasteis el camino 
o yo que me quedé solo esperando?

 Mario Villegas Galarza* 
Manizales, julio de 1963.

*Escritor, intelectual y poeta caldense, participante y cofundador del grupo de "La tertulia "Las 13 Ppipas", 1962

domingo, 17 de agosto de 2025

Una hoja de hierba. Del gran poeta estadounidense, Walt Whitman

 

Una hoja de hierba

 

Creo que una hoja de hierba no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar
a seis trillones de infieles.

 

Descubro que en mí
se incorporaron el gneiss y el carbón,
el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.
Que estoy estucado totalmente
con los cuadrúpedos y los pájaros,
que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos
y que puedo hacerlo volver atrás,
y hacia mí, cuando quiera.

Es vano acelerar la vergüenza,
es vano que las plutónicas rocas
me envíen su calor al acercarme,
es vano que el mastodonte se retrase
y se oculte detrás del polvo de sus huesos,
es vano que se alejen los objetos muchas leguas
y asuman formas multitudinales,
es vano que el océano esculpa calaveras
y se oculten en ellas los monstruos marinos,
es vano que el aguilucho
use de morada el cielo,
es vano que la serpiente se deslice
entre lianas y troncos,
es vano que el reno huya
refugiándose en lo recóndito del bosque,
es vano que las morsas se dirijan al norte
al Labrador.

Yo les sigo velozmente, yo asciendo hasta el nido
en la fisura del peñasco.

 

* Walt Whitman (Estados Unidos, 1819 - 1892) es uno de los autores clave de la literatura norteamericana y gran exponente del movimiento trascendentalista que buscaba explorar la relación entre el ser humano y la naturaleza.

Fue el primero en incursionar en el uso del verso libre, utilizando un lenguaje sencillo, cercano a todo público. Así, transformó la poesía en un espacio de libertad. Su estilo rompió moldes, su visión incluyó a los marginados y su voz sigue resonando como una afirmación vital de la existencia. 

                                                                               Datos del autor encontrados en "Cultura Genial".

 


miércoles, 6 de agosto de 2025

Madreagua, de la poeta manizaleña Juanamaría Echeverri Escobar

Barequeo, Periodismo artesanal, nos regala el poema "Madreagua" que hace parte del libro Revelaciones en agua-tierra, Colección «Libros al aire» de la Secretaría de Cultura de Caldas. 



Madreagua

                                               Cometa de rocíos surca un lenguaje germinal

Madreagua

              noche obstinada de

silencio

Líquidas penumbras

rehacen                

la luz de

a

y

e

r

Aguas profundas nos hermanan

                                       Cercanía oscura el sol escurre zumos de horizonte

Conflagran las aguas

ríos de

e v o c a c i o n e s

entregan      su ímpetu

a pleno temblor

La mar recibe

dulces

honduras

                  desembocaduras

En circunvoluciones nuestro ánimo

                   Matices de ensueños alumbramiento natural bajo los párpados

Danza de fragores

en remolinos

                cegueras de aletas sordas

A remos hermanas      casi el ahogo

                       Aguas dulces

                       aguas de sal

                                                     Pestañeo de sueño brisa en ojos anegados

Playa      estado femenino

la mar interior

nos lame

       Desenrollan las olas papiros de

             espuma

                 inscripciones

                    de húmeda luz

Y el reposo nos ofrece líquidas visiones

… 

                                           Ovillo reflejo de sol en olas ponientes nacientes

Confidencias de la mar

               galopante      recorrido

           a

           z

           u

            l

Madreagua

              se curva en oleajes

cóncavos-convexos      plenos de misterios

Ojalá ojalá ojalá

                                          Salto al silencio seno desnudo de ola y espuma

A la playa llegan

                      pulidos por la sal

       gritos de náufragas que viajan en

maderos

Hundimientos de miedos      de olvidos

                                             Bandada de aves nube clara en la altura el éter

Marea celeste da a luz

llena de luna

reflejo en nosotras

Collar de espuma en los

cuellos

resplandor

de ahuecados

brillos

Nuestras bocas

rebosantes

hirvientes de

significados

                                                       Noche de estrellas lecho marino al revés

Estrellas

rojas amarillas

    conectan melenas del lecho

         y arrebatadas cabelleras insomnes

Continuamos por la playa

pasos

          huellas oblicuas

          se deslíen en la orilla

Hermanas

                                                     Sobre el horizonte a gotas la miel poniente

Corazón adentro

se insola en pulsos

                 rojos

                 sanguíneos

Vasos comunicantes

                 caracolas

                  y ecos

Llamados de otras ausentes

                                                          Rastros del viento cirros en disipación

Furia de arena

ardida

de comer

sol

a diario

12pm

          Montículos

en aljibes diminutos

           Quema el agua

Abrasadas en la arena derretimos nuestros nombres

                                                 Al borde de un ala grazna poemas el silencio

Un pie en tierra      otro en agua

Nos emancipamos

                     en espirales de ascenso

                             a la libertad

Cuencas

figuraciones

             de alfabetos

oníricos

                        Por flujos alumbrados se evaporan transparentes sensaciones

Silentes

Navegamos      del cuerpo íntimo a la

próxima nostalgia

insular

Acuática

deriva

en femenino      Madreagua

                                    Tarde eléctrica de relámpagos en llanto se precipita

Conchas      Ojos dormidos madreperlas

Filigrana calcárea

colonias

filamentos

batientes

y las corrientes

Buceamos lo recóndito del presente

                                                   A mares el origen espumea días sin tiempo

 Se nos encienden los rostros de belleza

                                   Vaivenes

                       piel adentro      piel afuera

                por las mejillas gotea la profundidad

En el agua se fijan las memorias

                               en la sangre

                                                           Meandros orillas en libertad del decir

Transitamos grutas umbilicales     s

                                                       o

                                                        l

                                                        a

                                                        s

Ablución marina

                         y lívidos

                      mareos concéntricos

Volvemos

en ti

en mí

        en todas

Madreagua

                               Caravanas de alas despican alturas de un graznido

Juntas asoleamos la sangre

Explayamos

            salvaciones

En un Rincón del Mar

          encallamos el pasado

                                     Regresamos del exilio en crestas luzazulaguamarina

Socavamos la rabia de los injusto

en alaridos

sin

     nom-

              bre

a voces mudas nuestro ser

Ll

o

r

a

m

o

s

    el perdón

                                                      Íntima marea en las memorias humanas

Madreagua

Caóticos símbolos transmutan

                                  sílabas

                             sin mordaza

palabreamos nuevos sentidos

Reconciliación

                tierra fértil de la imaginación

                torrentes nos igualan

Sanamos nuestros muertos

               Y el amor                


  • Manizales 1971. Poeta, premio ediciones Embalaje con el poemario Las que mecen el delirio (2009). Abogada, gestora cultural. Agencia el proyecto Poesía para la Paz, de escritura comunitaria ,con su Colectivo Cultural y Pedagógico EncantaPalabras.

  • https://barequeo.com/tesoros/madreagua-de-juanamaria-echeverri-escobar/