Continuemos aprovechando la generosidad del portal Ciudad Seva del escritor LUIS LÓPEZ NIEVES (https://ciudadseva.com/texto/instrucciones-para-escribir-cuentos-o-novelas/) y repasemos los consejos prácticos que nos ofrece para mejorar nuestra narrativa.
Recorramos hoy el siguiente aparte de Pura Literatura:
20. Títulos de cuentos o novelas
Mi discípula Laura García Urrutia me
pidió que escribiera una nota sobre cómo hago para titular mis obras. No creo
que la explicación sea sencilla. Bueno, hay una respuesta evidente: se busca un título memorable,
“pegajoso”, que se quede en la mente del lector.
Puede ser breve o largo. Es más
sencillo que un título breve se quede en la memoria, pero ha habido títulos
larguísimos que con escucharlos o verlos una sola vez se me han quedado en la
mente. Me ocurrió con La increíble y triste historia de la cándida
Eréndira y de su abuela desalmada, de Gabriel García Márquez. Ni siquiera
lo leí la primera vez. Alguien me lo mencionó verbalmente. Cuando fui a pedir
el libro a una librería pude recitar el título sin ningún problema: se me había
grabado en la memoria. No porque yo tenga superpoderes mentales: sencillamente
es un gran título. Esta sería mi primera sugerencia: que el título sea memorable.
Pero esta recomendación es obvia. La
verdadera pregunta es: ¿de
dónde sacar este título
memorable? Veamos los siguientes recursos:
- El nombre del protagonista: Este recurso es antiquísimo.
Pensemos en Edipo rey y Antígona, que son del
tiempo de los griegos antiguos. Pasemos por el Lazarillo de Tormes y Amadís
de Gaula. Y lleguemos hasta Madame Bovary, El
conde de Montecristo, “Bola de Sebo”, Doña Bárbara, Aura y
“La señorita Cora”. Además, puede haber variaciones como El
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, en que se le añade una
descripción al nombre; o Pablo y Virginia, título que une dos
nombres; o Los tres mosqueteros, que se refiere a un nombre
colectivo.
- Lugar de la acción: El castillo, Barrio
negro, La cartuja de Parma, La taberna. Estos
títulos son, literalmente, los nombres de los lugares en que transcurre
toda o parte de la acción de la obra. Y puede haber variaciones que le
añadan un toque simbólico al lugar, como en el caso de El callejón
de los milagros o La montaña mágica. En el primer
caso se trata de un callejón literal en que ocurre la novela, pero los
milagros ya son un elemento subjetivo. Y la montaña tampoco es
literalmente mágica, pero la acción de la novela transcurre en una
montaña.
- Una
sola palabra llamativa: Rayuela, Niebla,
“Patriotismo”, “Campeones”, Drácula, Nadja, Gog.
Estos títulos consisten de una sola palabra que, en la opinión del autor,
son llamativas y pueden crear interés por conocer el contenido de la obra.
Nótese que los últimos tres ejemplos son nombres (de una sola palabra) de
los protagonistas.
- Frase hecha o variación de una frase hecha: El amor en los tiempos del cólera, “El golpe de
gracia”, “Los amados muertos” y “El ojo del amo” son ejemplos de títulos
que utilizan una frase hecha o una frase hecha que ha sido modificada.
- Anticipo de la trama: El proceso,
“Continuidad de los parques”, “La noche boca arriba”, “Dejar a Matilde”,
“A la deriva” y Crónica de una muerte anunciada son
ejemplos de títulos que anticipan (sin decirlo todo, por supuesto) lo que
ocurrirá en el texto.
- Contrastes: La guerra y la paz, Crimen
y castigo, Padres e hijos, Los hermosos y malditos, Las
amistades peligrosas, El caballero inexistente. Contrastes como los de
estos ejemplos son frecuentes en títulos de obras literarias porque llaman la atención.
- Verso o frase de otro autor: Cuando quiero
llorar no lloro, El nombre de la rosa y La
condición humana son ejemplos de títulos que son versos de un
poema o frases de una novela o cuento de otro autor, pero estos tres
autores los utilizaron (con el debido crédito) para titular sus obras. Por
ejemplo, podríamos usar, como título de nuestro cuento o novela, una frase
del Quijote, de Cervantes. La novela podría titularse De
cuyo nombre no quiero acordarme. En este caso sería bueno colocar la
frase al comienzo de la obra, como epígrafe.
- Frase tomada de la propia obra: “Diles que no me maten” es
un cuento de Juan Rulfo que comienza, precisamente, con “Diles que no me
maten”. Una vez terminado nuestro cuento o novela, es cuestión de releer con cuidado en busca de
un diálogo, una descripción o cualquier frase que sea llamativa y que
suene bien al oído. Este es un recurso que he usado con frecuencia
para mis cuentos. En
el caso de libros de cuentos, una opción es usar el título de uno de los
cuentos para todo el libro. Ese es el caso del libro de
cuentos Todos los fuegos el fuegos, de Julio Cortázar. Incluye
un cuento que se llama “Todos los fuegos el fuego”, que Cortázar utilizó
para todo el libro.
- Despertar curiosidad: Crónica de una
muerte anunciada, El coronel no tiene quién le escriba, “Página
asesina”, “Algo había sucedido”, “La noche de los feos” y El señor
de los anillos, son títulos que, vistos en una librería, de inmediato
nos hacen pensar: ¿Una página que mata?, ¿Qué sucedió? o ¿Señor de cuáles
anillos? Estos títulos, como los de muchas novelas de suspenso, de
inmediato despiertan la curiosidad del lector potencial.
Estas son algunas sugerencias sobre
cómo titular una obra literaria.
Personalmente, creo que he usado
todos estos recursos. Veamos:
El título de mi novela El
corazón de Voltaire es bastante literal. La novela trata sobre el
corazón del filósofo Voltaire, que lleva varios siglos en una urna en París.
Toda la novela realmente gira en torno a este corazón. Por tanto, cuando llegó
el momento de escoger título, no tuve muchas dificultades. Preparé una lista
con varias opciones, pero en el fondo siempre supe que no había otro título
posible; además, cumplía con otros requisitos: es breve, se queda en la
memoria, despierta curiosidad, etc.
En el caso de mi novela El
silencio de Galileo, al documentarme y leer datos biográficos de Galileo,
recuerdo haber visto que varias personas hablaban del famoso “silencio de Galileo”.
Se referían a que la Inquisición condenó a Galileo y le prohibió hablar sobre
sus teorías científicas. Lo silenciaron. Además, la novela trata sobre un
secreto de Galileo y de la familia Galileo que no se debe mencionar. Así
que El silencio de Galileo me pareció el título adecuado.
Pensé que cumplía con los requisitos de un buen título.
Seva es el nombre de un pueblo que me inventé. Toda la trama de mi
libro Seva trata sobre este pueblo. Por tanto, este
probablemente ha sido mi título más fácil. En realidad era el único título
posible. Bueno, no exactamente. Ahora que lo pienso, supongo que había muchas
opciones. Cien años de soledad gira absolutamente en torno a
Macondo pero no se llama Macondo. Así que pude escoger otro nombre
para Seva, pero no lo hice. El arte no es científico: es intuitivo. Muchas
veces la simple intuición nos indica el camino.
Mi libro de cuentos La
verdadera muerte de Juan Ponce de León incluye cinco cuentos
históricos, uno de los cuales se llama de la misma manera. Como expliqué arriba,
utilicé el título de este cuento para el libro completo. Este cuento trata
sobre cómo realmente murió Juan Ponce de León. Es literal.
Por último, mi libro de cuentos Escribir
para Rafa también incluye un cuento con el mismo título. En este caso
es un título literal porque el cuento trata sobre un hombre que escribe cartas
para su amigo Rafa.
Además de estos cinco libros, creo
que he publicado más de treinta cuentos, pero no discutiré cada título porque
esta nota quedaría muy larga.
Termino
con un comentario subjetivo: al titular cuentos, creo que mi recurso favorito
es el de sacar una frase del propio cuento.
Luis López Nieves
excelente
ResponderBorrarQue buen aporte. A veces es tan difícil dar con un buen nombre, que aporte y no que le quite a la historia. Gracias.
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