domingo, 16 de octubre de 2022

Tips para mejorar nuestra ESCRITURA: Capítulo III. Numerales: 11. Títulos, tratamientos, cargos y rangos van en minúsculas. 12. Voz pasiva

 Aprovechemos la generosidad del portal Ciudad Seva del escritor LUIS LÓPEZ NIEVES (https://ciudadseva.com/texto/instrucciones-para-escribir-cuentos-o-novelas/) y repasemos los consejos prácticos que nos ofrece para mejorar nuestra narrativa con los temas de ESCRITURA

11. Títulos, tratamientos, cargos y rangos van en minúsculas

Los títulos, tratamientos, cargos, rangos, etcétera, van en minúsculas. Por tanto, lo correcto es:

  • Ayer vi a doña María, la directora de la escuela.
  • Mi jefe es el señor Rivera.
  • Leí las Crónicas del rey Alfonso.
  • Ayer leyeron la biografía del presidente Torres.
  • Tuve que visitar con urgencia a la doctora Ramos.
  • Ayer por la tarde entrevistaron al profesor Sánchez.
  • Mi abogado favorito es el licenciado López Schroeder.
  • El coronel Cortés reunió a los soldados.
  • Con bastante frecuencia leo a san Mateo.
  • El papa Benedicto XVI abdicó en el 2013.

Solo se utilizan las mayúsculas cuando se usan abreviaturas. Algunos ejemplos son:

  • Ayer vi a María, la directora de la escuela.
  • Mi jefe es el Sr. Rivera.
  • Tuve que visitar con urgencia a la Dra. Ramos.
  • Ayer por la tarde entrevistaron al Prof. Sánchez.
  • Mi abogado favorito es el Lcdo. López Schroeder.

12. Voz pasiva

La escritura activa es más efectiva que la pasiva. Veamos el siguiente ejemplo:

La galleta fue comprada por Yolanda.

El sujeto de esta oración es “Yolanda”. Ella es la que lleva a cabo la acción. Sin embargo, la oración está escrita de manera pasiva, lo cual le resta fuerza y en realidad suena torpe.

Si existe una mujer, se llama Yolanda y ha comprado una galleta, la manera más natural y agradable de escribirlo sería en voz activa:

Yolanda compró la galleta.

Es la forma más natural porque en nuestro idioma la estructura básica es sujeto y luego verbo. Sujeto es el que lleva a cabo la acción. El verbo es la acción. En el ejemplo anterior, el sujeto es “Yolanda” porque lleva a cabo la acción. Y la acción es el verbo “comprar”.

Veamos los siguientes ejemplos:

El niño fue rescatado por su padre.

La pared de mi casa fue pintada por mí.

El televisor fue regalado por mi hermana.

Los tres ejemplos anteriores están redactados en voz pasiva. Comparemos con las versiones en voz activa:

El padre rescató a su niño.

Pinté la pared de mi casa.

Mi hermana regaló el televisor.

Creo evidente que la versión en voz activa es superior a la voz pasiva. Primero, suena mejor al oído. Segundo, ahorra palabras.

“El televisor fue regalado por mi hermana” utiliza 7 palabras. En cambio, “Mi hermana regaló el televisor” usa 5 palabras. El ahorro de palabras es una virtud al escribir.

Por tanto, es un defecto abusar de la voz pasiva.

¿Significa que no debe usarse nunca? En términos generales es preferible evitar la voz pasiva. Pero, como suelo decir en estas notas, en la literatura siempre hay excepciones. El escritor principiante comete el error de abusar de la voz pasiva. Lo importante es saber cuándo y cómo usarla.

Digamos, por ejemplo, que estás escribiendo un ensayo sobre Puerto Rico. Es posible que lo comiences con la oración “Puerto Rico fue descubierto por Cristóbal Colón durante su segundo viaje en el 1493”. Este uso de la voz pasiva se justifica, tal vez, porque el tema no es Colón, es Puerto Rico; con esta voz pasiva se le otorga protagonismo a la bellísima isla de Puerto Rico.

Otra excepción es cuando se intenta ser menos directo (o más “suave”) con el mensaje. Digamos que el hijo irresponsable del dueño de una fábrica atropella al querido perro de un obrero con su automóvil. El obrero humilde quiere reclamarle al dueño, pero no desea ofenderlo ni ponerlo de mal humor (ni perder el empleo). Es probable que le diga algo como:

Señor, mi perro fue atropellado por su hijo.

Al usar la voz pasiva, casi suena como si la culpa fuera del perro. Se evita lo que podría sonar (en voz activa) como una acusación más fuerte y personal:

Señor, su hijo atropelló a mi perro.

Otro ejemplo que se me ocurre sería durante una entrevista a un escritor famoso, a quien le pregunten sobre su formación académica. Quizás diga:

Fui educado por jesuitas.

La voz activa como que no funcionaría bien en este caso, porque el entrevistado tendría que decir “Los jesuitas me educaron”, lo cual en este contexto suena raro o demasiado tajante.

Estos son algunos ejemplos de posibles usos de la voz pasiva. Pero, en general, creo preferible que el escritor principiante evite la voz pasiva… o que solo la utilice cuando tenga claro su uso.

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