Continuemos aprovechando la generosidad del portal Ciudad Seva del escritor LUIS LÓPEZ NIEVES (https://ciudadseva.com/texto/instrucciones-para-escribir-cuentos-o-novelas/) y repasemos los consejos prácticos que nos ofrece para mejorar nuestra narrativa.
Recorramos hoy los siguientes apartes de Pura Literatura:
19. Tipos de personajes
En esencia, hay dos tipos de personajes literarios: redondos y
planos.
A veces se usan diferentes términos
para describirlos, pero creo que estas son las palabras más claras.
El personaje plano es aquel de quien solo
conocemos una faceta o dimensión. El policía abusador, la abuelita
cariñosa, la mujer coqueta, el hombre machista, la farmacéutica atenta, el
intelectual despistado, el médico frío, la millonaria arrogante, etc. Si uno de
tus personajes puede describirse de esta manera, con dos palabras (o menos),
entonces podríamos concluir que es un personaje plano.
El
otro tipo de personaje es el redondo, aquel de quien conocemos muchas facetas o dimensiones.
Por eso, en vez de ser plano, es redondo: tiene profundidad. Lo conocemos como si fuera un
amigo.
Toda
gran literatura crea grandes personajes redondos: Edipo, el Cid, la
Celestina, Lazarillo de Tormes, don Quijote, Hamlet, don Juan, Cándido, Julián
Sorel, Eugenio Rastignac, Fausto, Madame Bovary, Rodión Raskólnikov, Ana
Karenina, Gregorio Samsa, Horacio Oliveira, Úrsula Iguarán… Estos son una breve
muestra de grandes personajes redondos. Lo son, entre otras razones, porque
conocemos varios aspectos de sus personalidades. No son planos. No podemos
resumirlos con dos palabras.
La
gran literatura consiste, precisamente, de la creación de grandes personajes.
Y, para que sean grandes, tienen que ser redondos.
Ahora bien: ¿cuál de estos dos tipos
de personajes son los preferibles: los redondos o los planos? La respuesta es
evidente: los redondos.
En ese caso podríamos preguntarnos:
¿para qué existen los personajes planos? Si los redondos son los mejores, ¿para
qué crear personajes planos? ¿Debe un autor aspirar a que todos los personajes
de su novela o cuento sean redondos? No, porque los personajes planos también son útiles.
Digamos que el protagonista (redondo)
de una narración entra brevemente a una farmacia porque desea comprar
aspirinas. Lo atiende una farmacéutica simpática. Es una escena corta, de
apenas un párrafo. El protagonista sale de la farmacia y nunca jamás regresa.
La farmacéutica ha sido caracterizada como una profesional simpática. Es un
personaje plano. Pero no hace falta más. No tenemos que conocer la vida
completa de la farmacéutica. No necesitamos saber si es casada, madre,
huérfana, extranjera, fascista, vegetariana, sadomasoquista ni nada más. Ha
sido caracterizada. Pudo ser una farmacéutica antipática, gruñona, coqueta,
arrogante, despistada, etc. El autor tomó la decisión de caracterizarla como
una farmacéutica simpática. No hace falta más.
Igual ocurre en el caso de un
personaje que salga varias veces en la obra, como podría ser el cartero que
todos los días pasa por la casa del protagonista, la vecina, el jardinero, el
mesero de su restaurante favorito, etc. Basta con decir que el cartero es
jovial, la vecina es gruñona, el jardinero es tímido y al mesero le gusta
contar chistes. A menos
que estos personajes tengan mayor importancia dentro de la trama, pueden
quedarse como planos, aunque salgan con frecuencia en la obra.
¿Cuándo,
entonces, debe ser redondo o plano un personaje? Como mínimo, los protagonistas
de tus historias deben ser redondos. Los personajes secundarios pueden ser o no
ser redondos, pero en el caso de los protagonistas es obligatorio.
Es
un defecto que los protagonistas de una narración sean planos.
Aunque he dicho en varias ocasiones
que en la literatura siempre hay excepciones, en este caso no se me ocurre
ninguna. Creo que toda gran obra literaria que conozco lo es precisamente
porque su protagonista es redondo.
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