jueves, 29 de abril de 2021

Poema "Cuento de mar", y biografía, del poeta colombiano Jorge Robledo Ortiz, .


Cuento de mar

 

Voy a beberme el mar.

Ya tengo listo mi velero fantasma.

No le he trazado rumbos a mi ausencia,

no he fatigado el mapa

localizando zonas que no bailen

al macabro jazz-band de las borrascas.

Viajaré simplemente,

sin triangular alturas ni distancias,

llevando en el timón a Don Quijote

y la rosa del viento en la solapa.

 

Acompáñame tu dulce chiquilla,

partiremos al alba,

cuando los alcatraces no dibujen

su ecuación de naufragios sobre el agua.

Arranca tus raíces de la tierra.

abre tu citolegia de nostalgias

y vamos a bebernos el océano

en la copa de luz de las montañas:

 

visitaremos todos los países,

los puertos y las radas.

Te compraré crepúsculos en Chipre.

Un elefante niño al sur del África.

Un gajo de luceros en Corea.

Dos elásticos tigres de Bengala.

El dolor milenario de un camello.

Y la fatiga estéril del Sahara.

 

En el Japón te mostraré los biombos

con figuras bilingües y enigmáticas.

En Pekín buscarmos la muñeca

de blanco corazón de porcelana.

Haremos de bambú balsas de ensueño

para subir un río de esperanzas.

Y te daré un sombrero en forma de hongo

y unas chinelas para tu pijama.

 

Pasaremos a Escocia y a Noruega.

Después navegaremos a Finlandia

para buscar la estirpe de un vikingo

de ojos azules y de luenga barba,

que se murió coleccionando fiordos

en el álbum con sal de su nostalgia,

mientras su vieja pipa marinera

quemaba archivos íntimos del alma.

 

Y siempre sin control, siempre viajando,

iremos al país de Sherezada

y allí te contaré Mil y una Noches

de reyes y de esclavas,

de romances y torres de marfil

de bazares, de alfombras y de flautas,

de madrigales y de surtidores

de pie como las cobras encantadas.

 

Subiremos al Rhin buscando a Wagner

y su Tetralogía desvelada.

Cazaremos los cisnes hiperbóreos

que abanican la muerte con sus alas.

Te diré que la música es un vino

que cuando estamos tristes se derrama.

Y que el silencio es un santuario celta

donde reposa el corazón de un arpa.

 

Y fatigando el mar, ¡Qué importa el tiempo!

visitaremos la ciudad sagrada,

la tierra de la cruz y del olivo,

la que escuchó el Sermón de la Montaña,

la patria de Jesús y de María

la que arrulló las bienaventuranzas,

la tierra donde un tosco carpintero

pulió a garlopa el globo de una lágrima.

 

En otro amanecer arribaremos

a las Islas Canarias.

te compraré su nombre que es un trino

diluido en el agua.

Para pescar luceros en el fondo

te bastará la red de tus pestañas,

y aprenderás que a Dios también se llega

por el verde camino de las algas.

 

Si sueñas ver a Nápoles,

cruzaremos por mármoles de Italia,

y te daré una góndola en Venencia

y en Asís la humildad de una campana.

Compraremos al Dante sus Laureles

y a Benvenuto su luciente daga,

para tu muñequero de ilusiones

y tu azul inquietud de extravagancias.

 

Buscaremos ositos en Siberia

rutas de manzanilla al sur de España,

la sombra adolescente de Platero,

la capa de Unamuno en Salamanca,

la fatiga inmortal de Rocinante.

El dardo del Amor Clavado en Ávila,

la Morena ascendencia de “El Cachorro”

y el llanto de Boabdil sobre Granada.


                              

Jorge Robledo Ortiz

 Biografía


Santa Fe de Antioquia, 30 de septiembre de 1917- Medellín, 22 de agosto de 1990.

Poeta y periodista colombiano.

 Inició estudios de ingeniería, y más tarde de periodismo y letras en España. Sirvió en el Cuerpo Diplomático colombiano como Embajador en Nicaragua, y ejerció diversos cargos públicos en los ministerios de Educación y Relaciones Exteriores. Ejerció el periodismo en rotativos de Cali, Medellín y Bogotá. Poseía numerosas condecoraciones otorgadas por instituciones cívicas y culturales, tanto nacionales como extranjeras. Hombre cristiano, de educación jesuítica, fue laureado como "poeta mariano" con solemne ceremonia en la catedral Metropolitana de Antioquia.

 Ganó numerosos certámenes. Presidió numerosas justas poéticas y juegos florales. Correspondía a la vieja imagen decimonónica del rapsoda popular, declamando en audiciones de radio y grabando en disco sus propios poemas. Su poesía emotiva, pero sin exceso de artificio retórico, afín a la de otros poetas de su tiempo, como Gregorio Gutiérrez González y Epifanio Mejía, gozaba de excelente acogida pública. Se distingue por la exaltación a su región antioqueña, sus gentes y tradiciones; por la repulsa a la crueldad y el despotismo. Ello le valió el honorífico apelativo de "Poeta de la raza." Posee también abundante creación poética de tono intimista y sentimental. El volumen Barrio de Arriería presenta una antología de sus mejores poemas.

 Fue, además, autor de la letra del himno del departamento del Quindío, ubicado en la región andina colombiana. También compuso el himno del municipio de Alejandría, en Antioquia. Uno de los himnos más bonitos y sonoros del departamento.

 

Fuente: Wikipedia

  

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