“Los hijos de los días”, libro de Eduardo Galeano, tiene una
sorpresa para cada día.
Comparto acá un abrebocas para adentrarse en cada página con
una sorpresa diferente y amena.
¿Sabía usted...
... que el episodio más popular del catecismo católico, Adán
y Eva mordiendo
la manzana, en la Biblia no figura?
... que el griego Eratóstenes midió la cintura del mundo,
hace dos mil
trescientos años, y se equivocó en noventa kilómetros?
... que Aristóteles escribió sobre la mujer que es «un
hombre incompleto», y
Santo Tomás de Aquino, que es un «error de la naturaleza»?
... que hasta 1990 la homosexualidad fue una enfermedad
mental, según la
Organización Mundial de la Salud?
... que al entierro de Karl Marx acudieron sólo once
personas, contando al
enterrador?
... que hasta el año 2008 Nelson Mandela integró la lista de
terroristas más
peligrosos para la seguridad de Estados Unidos?
... que en Haití, según una antigua tradición, el cortejo
fúnebre debe conducir
el ataúd en zig-zag para despistar al difunto y que ya no
pueda encontrar el
camino de regreso?
... que cada dos semanas muere una lengua?
Epígrafe:
Y los días se echaron a caminar.
Y ellos, los días, nos hicieron.
Y así fuimos nacidos nosotros,
los hijos de los días,
los averiguadores,
los buscadores de la vida.
(El Génesis, según los
mayas)
Hoy
Hoy no es el primer día del año para los mayas, los judíos,
los árabes, los chinos y
otros muchos habitantes de este mundo.
La fecha fue inventada por Roma, la Roma imperial, y
bendecida por la Roma
vaticana, y resulta más bien exagerado decir que la
humanidad entera celebra este
cruce de la frontera de los años.
Pero eso sí, hay que reconocerlo: el tiempo es bastante
amable con nosotros, sus
fugaces pasajeros, y nos da permiso para creer que hoy puede
ser el primero de los
días, y para querer que sea alegre como los colores de una
verdulería.
Familia
Según se sabe en el África negra y en la América indígena,
tu familia es tu aldea
completa, con todos sus vivos y sus muertos.
Y tu parentela no termina en los humanos.
Tu familia también te habla en la crepitación del fuego,
en el rumor del agua que corre,
en la respiración del bosque,
en las voces del viento,
en la furia del trueno,
en la lluvia que te besa
y en el canterío de los pájaros que saludan tus pasos.
Hombre de color
Querido hermano blanco:
Cuando yo nací, era negro.
Cuando crecí, era negro.
Cuando me da el sol, soy negro.
Cuando estoy enfermo, soy negro.
Cuando muera, seré negro.
Y mientras tanto, tú:
Cuando naciste, eras rosado.
Cuando creciste, fuiste blanco.
Cuando te da el sol, eres rojo.
Cuando sientes frío, eres azul.
Cuando sientes miedo, eres verde.
Cuando estás enfermo, eres amarillo.
Cuando mueras, serás gris.
Entonces, ¿cuál de nosotros dos es un hombre de color?
(De Léopold Senghor,
poeta de Senegal)
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