lunes, 12 de junio de 2023

Invitación a leer "Los hijos de los días" de Eduardo Galeano

 

“Los hijos de los días”, libro de Eduardo Galeano, tiene una sorpresa para cada día.

Comparto acá un abrebocas para adentrarse en cada página con una sorpresa diferente y amena.

 

¿Sabía usted...

... que el episodio más popular del catecismo católico, Adán y Eva mordiendo

la manzana, en la Biblia no figura?

... que el griego Eratóstenes midió la cintura del mundo, hace dos mil

trescientos años, y se equivocó en noventa kilómetros?

... que Aristóteles escribió sobre la mujer que es «un hombre incompleto», y

Santo Tomás de Aquino, que es un «error de la naturaleza»?

... que hasta 1990 la homosexualidad fue una enfermedad mental, según la

Organización Mundial de la Salud?

... que al entierro de Karl Marx acudieron sólo once personas, contando al

enterrador?

... que hasta el año 2008 Nelson Mandela integró la lista de terroristas más

peligrosos para la seguridad de Estados Unidos?

... que en Haití, según una antigua tradición, el cortejo fúnebre debe conducir

el ataúd en zig-zag para despistar al difunto y que ya no pueda encontrar el

camino de regreso?

... que cada dos semanas muere una lengua?

 

Epígrafe:

 

Y los días se echaron a caminar.

Y ellos, los días, nos hicieron.

Y así fuimos nacidos nosotros,

los hijos de los días,

los averiguadores,

los buscadores de la vida.

(El Génesis, según los mayas)

 

 

Hoy

Hoy no es el primer día del año para los mayas, los judíos, los árabes, los chinos y

otros muchos habitantes de este mundo.

La fecha fue inventada por Roma, la Roma imperial, y bendecida por la Roma

vaticana, y resulta más bien exagerado decir que la humanidad entera celebra este

cruce de la frontera de los años.

Pero eso sí, hay que reconocerlo: el tiempo es bastante amable con nosotros, sus

fugaces pasajeros, y nos da permiso para creer que hoy puede ser el primero de los

días, y para querer que sea alegre como los colores de una verdulería.

 

Familia

Según se sabe en el África negra y en la América indígena, tu familia es tu aldea

completa, con todos sus vivos y sus muertos.

Y tu parentela no termina en los humanos.

Tu familia también te habla en la crepitación del fuego,

en el rumor del agua que corre,

en la respiración del bosque,

en las voces del viento,

en la furia del trueno,

en la lluvia que te besa

y en el canterío de los pájaros que saludan tus pasos.

 


Hombre de color

Querido hermano blanco:

Cuando yo nací, era negro.

Cuando crecí, era negro.

Cuando me da el sol, soy negro.

Cuando estoy enfermo, soy negro.

Cuando muera, seré negro.

Y mientras tanto, tú:

Cuando naciste, eras rosado.

Cuando creciste, fuiste blanco.

Cuando te da el sol, eres rojo.

Cuando sientes frío, eres azul.

Cuando sientes miedo, eres verde.

Cuando estás enfermo, eres amarillo.

Cuando mueras, serás gris.

Entonces, ¿cuál de nosotros dos es un hombre de color?

(De Léopold Senghor, poeta de Senegal)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario