martes, 14 de octubre de 2025

"El brujo postergado" Jorge Luís Borges. Para que luego hablemos del género del cuento.

 

El brujo postergado

Jorge Luís Borges

 

En Santiago había un deán que tenía codicia de aprender el arte de la magia. Oyó decir que don Illán de Toledo la sabía más que ninguno, y fue a Toledo a buscarlo.

El día que llegó enderezó a la casa de don Illán y lo encontró leyendo en una habitación apartada. Éste lo recibió con bondad y le dijo que postergar el motivo de su visita hasta después de comer. Le señaló un alojamiento muy fresco y le dijo que lo alegraba mucho su venida. Después de comer, el deán le refirió la razón de aquella visita y le rogó que le enseñara la ciencia mágica. Don Illán le dijo que adivinaba que era deán, hombre de buena posición y buen porvenir, y que temía ser olvidado luego por él. El deán le prometió y aseguró que nunca olvidaría aquella merced, y que estaría siempre a sus órdenes. Ya arreglado el asunto, explicó don Illán que las artes mágicas no se podían aprender sino en sitio apartado, y tomándolo por la mano, lo llevó a una pieza contigua, en cuyo piso había una gran argolla de fierro. Antes le dijo a la sirvienta que tuviese perdices para la cena, pero que no las pusiera a asar hasta que la mandaran. Levantaron la argolla entre los dos y descendieron por una escalera de piedra bien labrada, hasta que al deán le pareció que habían bajado tanto que el lecho del Tajo estaba sobre ellos. Al pie de la escalera había una celda y luego una biblioteca y luego una especie de gabinete con instrumentos mágicos.

Revisaron los libros y en eso estaban cuando entraron dos hombres con una carta para el deán, escrita por el obispo, su tío, en la que le hacía saber que estaba muy enfermo y que, si quería encontrarlo vivo, no demorase. Al deán lo contrariaron mucho estas nuevas, lo uno por la dolencia de su tío, lo otro por tener que interrumpir los estudios. Optó por escribir una disculpa y la mandó al obispo. A los tres días llegaron unos hombres de luto con otras cartas para el deán, en las que se leía que el obispo había fallecido, que estaban eligiendo sucesor y que esperaban por la gracia de Dios que lo elegirían a él. Decían también que no se molestara en venir, puesto que parecía mucho mejor que lo eligieran en su ausencia.

A los diez días vinieron dos escuderos muy bien vestidos, que se arrojaron a sus pies y besaron sus manos y lo saludaron obispo. Cuando don Illán vio estas cosas se dirigió con mucha alegría al nuevo prelado y le dijo que agradecía al Señor que tan buenas nuevas llegaran a su casa. Luego le pidió el decanazgo vacante para uno de sus hijos. El obispo le hizo saber que había reservado el decanazgo para su propio hermano, pero que había determinado favorecerlo y que partiesen juntos para Santiago.

Fueron para Santiago los tres, donde los recibieron con honores. A los seis meses recibió el obispo mandaderos del Papa que le ofrecía el arzobispado de Tolosa, dejando en sus manos el nombramiento de sucesor. Cuando don Illán supo esto, le recordó la antigua promesa y le pidió ese título para su hijo. El arzobispo le hizo saber que había reservado el obispado para su propio tío, hermano de su padre, pero que había determinado favorecerlo y que partiesen juntos para Tolosa. Don Illán no tuvo más remedio que asentir.

Fueron para Tolosa los tres, donde los recibieron con honores y misas. A los dos años recibió el arzobispo mandaderos del Papa que le ofrecía el capelo de cardenal, dejando en sus manos el nombramiento de sucesor. Cuando don Illán supo esto, le recordó la antigua promesa y le pidió ese título para su hijo. El cardenal le hizo saber que había reservado el arzobispado para su propio tío, hermano de su madre, pero que había determinado favorecerlo y que partiesen juntos para Roma. Don Illán no tuvo más remedio que asentir.

Fueron para Roma los tres, donde los recibieron con honores y misas y procesiones. A los cuatro años murió el Papa y nuestro cardenal fue elegido para el papado por todos los demás. Cuando don Illán supo esto, besó los pies de Su Santidad, le recordó la antigua promesa y le pidió el cardenalato para su hijo. El Papa lo amenazó con la cárcel, diciéndole que bien sabía él que no era más que un brujo y que en Toledo había sido profesor de artes mágicas. El miserable don Illán dijo que iba a volver a España y le pidió algo para comer durante el camino. El Papa no accedió. Entonces don Illán (cuyo rostro se había remozado de un modo extraño), dijo con una voz sin temblor:

–Pues tendré que comerme las perdices que para esta noche encargué.

La sirvienta se presentó y don Illán le dijo que las asara. A estas palabras, el Papa se halló en la celda subterránea en Toledo, solamente deán de Santiago y tan avergonzado de su ingratitud que no atinaba a disculparse. Don Illán dijo que bastaba con esa prueba, le negó su parte de las perdices y lo acompañó hasta la calle, donde le deseó feliz viaje y lo despidió con gran cortesía.

 

(Del Libro de Patronio del infante don Juan Manuel, que lo derivó de un libro árabe: Las cuarenta mañanas y las cuarenta noches)          

 

martes, 30 de septiembre de 2025

Éxito en la presentación del libro Vecinas del cuento, antología 2025.

La primera antología de cuentos del colectivo Vecinas del cuento se lanzó en la Feria del libro de Manizales, el 7 de septiembre de 2025. Proyecto ganador de un estímulo a proyectos culturales 2025, de la Secretaría de cultura y civismo, de la Alcaldía de Manizales.

La presentación oficial tuvo lugar en el auditorio del Banco de la República el pasado 26 de septiembre. La filósofa magister en Lectura y Escritura, Sofía Acevedo, moderó el conversatorio con las integrantes del grupo y con Alejandra Jaramillo Morales, escritora y miembro de la Academia de la lengua colombiana.

Después del conversatorio y presentación del libro se ofreció una copa de vino con ambientación del saxofonista Esteban Valdez, mientras las orgullosas vecinas firmaron libros al numeroso público.




















Publicación en La Patria:
https://www.instagram.com/p/DPJ7qzVjEq7/?img_index=1&igsh=d3lpd3U5dXVmNnFr





domingo, 7 de septiembre de 2025

Hoy presentación del libro Primera Antología Vecinas del Cuento

 






Leer y escribir, un gozo eterno

 

Por Alejandra Jaramillo Morales, escritora

 

En el año 2021 recibí una llamada de Las vecinas del cuento. Lo primero que imaginé fue que me llamaban de un club de lectura, un grupo más de mujeres o de personas que se reúnen a leer literatura. Me emocioné, porque en los últimos años he presenciado, en múltiples visitas, esos encuentros de lectores y lectoras que mantienen la vitalidad de la literatura en la cultura colombiana. Al inicio me encontré con muchos clubes de mujeres pensionadas, pero con el tiempo los clubes siguen pululando y ahora hay de múltiples lugares, de diversos grupos etarios y que leen una gran diversidad de géneros y corrientes literarias. Leer en Colombia se ha convertido en un acto colectivo, una actividad que une y permite la aparición de preguntas y sentires fundamentales para la vida.

Sin embargo, la invitación no era a conversar sobre la lectura de un libro, Las vecinas del cuento no eran solo un magnífico grupo de lectoras, eran un taller de escritura. Eran un grupo de mujeres pensionadas, que entre diversas actividades posibles escogieron el placer de leer y escribir y que buscaron el apoyo de la Red Relata del Ministerio de Cultura para consolidarse como taller en la ciudad de Manizales. Encontrarme con estas mujeres me alegró mucho, y aunque las políticas sociales para las mujeres pensionadas siguen quedándose cortas, al no considerar alternativas a la simple atención en salud, saber que ellas habían encontrado el camino de la lectura y la escritura, que siempre van juntas, me emocionó.

Desde su fundación, este colectivo ha desarrollado un riguroso proceso de formación literaria, participando en talleres de escritura creativa, clubes de lectura y encuentros con escritores y escritoras reconocidas. Además, gracias a su participación en la red Relata, han generado articulación con otros grupos literarios del país y el acceso a programas de formación con escritores de trayectoria, demostrando su compromiso y reconocimiento institucional.

Durante varios meses me reuní con ellas, leímos juntas, conversamos sobre lo que significa escribir ese género mayor que es el cuento, y las acompañé en la escritura de sus propios textos. De hecho, me alegró, al leer este libro, que ahora publican algunos de los textos que en ese tiempo comentamos. Claro está, debo decir, que encontré esos textos conocidos y los muchos otros que acá se están publicando, muy trabajados, cuidadosamente corregidos y bien logrados.

Esta antología muestra el talento literario de estas mujeres, quienes han sido reconocidas en concursos nacionales e internacionales y han publicado sus obras en diversas antologías. Encontramos en estas historias una diversidad de temas y formas de narrar. Cristina Botero Calderón explora formas de la locura y las alucinaciones, una infancia llena de olvidos, los abusos en el matrimonio y el vicio por el juego y nos recuerda el estruendoso final de los seres que fueron arrastrados por la avalancha de Armero; María Elena Jiménez narra los devenires del amor de pareja y las culpas que se enmarañan en esos amores, plantea la ambigüedad entre la responsabilidad y la culpa en el amor a la madre y culmina con el fantasma de la brutalidad creada por los negocios sucios y la sanción por la infidelidad; Martha Lucía Londoño Carvajal nos lleva a vivir la ansiedad y así mismo nos lanza a un universo futurista, místico, indígena de nanochips que pueden producir interconexión neuronal para hacernos posible vivir las emociones y los pensamientos de otros seres. ¿Podremos así recuperar memorias perdidas? Oímos también en sus cuentos Las cuatro estaciones de Vivaldi marcando el mundo interno de los personajes, la música y la vida entrelazadas; Beatriz Elena Santander Mejía transita por la pandemia, el encierro y la muerte, y en otra dirección explora la duda de si puede uno amar a un criminal; Luz Adriana Suárez González nos sumerge en la crianza amorosa que deriva en el vacío, el silencio de un niño y su abuela que pierden todo en la distancia y en un registro muy diferente nos entrega una historia mitológica en una vuelta de tuerca; finalmente tenemos a Galu -Olga Lucía- Jaramillo Ochoa y sus cuentos, una nueva visita a la noche septembrina, el eco del amor de los héroes, la locura desatándose entre una madre y un hijo sometidos a acompañarse por siempre, odios familiares, un delicado cuento que gira sobre una extraña pregunta: ¿Puede cazarse la soledad? Y un juego de espejos donde la soledad descuella entre la muchedumbre y nos refleja brutales y abrumados.

Les invito pues a adentrarse en esta lectura, a disfrutar estos cuentos que son el resultado de un proceso de escritura juicioso y definitivamente feliz. 



 








lunes, 1 de septiembre de 2025

RECUÉRDAME. Por la memoria de Ana Catalina Gómez Gallo, este poema de David Harkin.

RECUÉRDAME

 

Puedes llorar porque se ha ido o puedes sonreír porque ha vivido.

Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva,

o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;

tu corazón puede estar vacío porque no la puedes ver,

o puede estar lleno del amor que compartiste.

Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y darle la espalda,

o puedes hacer lo que a ella le gustaría:

Sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

                                                                David Harkins.

Con toda consideración a su hermana, Sofía, y a sus padres Liliana y Jaime. A sus familiares y amigos. 

Que la paz vuelva a sus corazones y el recuerdo de ese ser tan querido ilumine sus vidas.

 

 

lunes, 25 de agosto de 2025

Paralelo literario de “Soneto del Retorno” (de Mario Villegas Galarza) con otros grandes poetas

 A propósito de la anterior publicación “Soneto del Retorno” de Mario Villegas Galarza" , un paralelo literario con otros grandes poetas que también trataron la ausencia, la espera y el retorno:

Quevedo y Neruda: la ausencia definitiva, marcada por la muerte o el amor perdido.

Garcilaso y Machado: la fugacidad del tiempo y la huella que deja la partida.

Villegas Galarza: introduce una variación original: la espera del que se queda también es un viaje, un peregrinaje interior, que a veces duele tanto como el partir.


Quevedo: la ausencia como llaga perpetua


Francisco de Quevedo en su famoso soneto “Cerrar podrá mis ojos la postrera / sombra que me llevare el blanco día…” convierte la ausencia en algo eterno: aun después de la muerte, el amor sigue vivo.

En Quevedo, la ausencia es definitiva (la muerte).

En Villegas, la ausencia es transitoria, pero dolorosa: existe la esperanza de retorno.

Ambos coinciden en que el tiempo deja huellas visibles (“larga huella de este lloro ausente” vs. “polvo serán, mas polvo enamorado”).


Garcilaso de la Vega: la espera como dolor dulce


Garcilaso en su soneto “En tanto que de rosa y azucena…” mira el paso del tiempo en el rostro humano. La nostalgia por lo que se va es el motor de su poesía.

Garcilaso contempla la juventud que parte y no vuelve.

Villegas contempla a las personas que parten, esperando su regreso.

En ambos, la mirada es símbolo del tiempo vivido: los ojos reflejan tanto la belleza perdida (Garcilaso) como la tristeza de la espera (Villegas).


Antonio Machado: la añoranza de los que se fueron


En “Campos de Castilla”, Machado evoca a los que se marchan o han muerto, caminantes que dejan huellas en el sendero.

Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.”

Villegas: “Vosotros que tomásteis el camino / o yo que me quedé, solo, esperando.”

Ambos ponen en tensión el que camina vs. el que queda, pero Villegas acentúa el dilema: ¿quién vive más peregrinación, el que se va o el que espera?


Pablo Neruda: el retorno imposible

Neruda en su “Veinte poemas de amor” escribe: “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.”
Neruda acepta la imposibilidad del regreso (el amor perdido no vuelve).
Villegas mantiene una esperanza de retorno: los que se fueron “con alegría retornen a mi casa lentamente.”
Aquí el contraste es fuerte: Neruda resalta la pérdida irreversible, mientras Villegas aún confía en la reconciliación con los ausentes.


Soneto del retorno. Hermoso soneto del poeta Mario Villegas Galarza

 Soneto del retorno 

Y todos partirán. Tan solamente 
me quedaré esperando que algún día 
los que se fueron hoy con alegría 
retornen a mí casa lentamente. 

Encallecida mostraré la frente 
de tanto recordar la lejanía 
y se verá en mis ojos todavía 
la larga huella de este lloro ausente.

Y todos volverán... Francos, cordiales 
se abrirán a su valía los umbrales 
porque el retorno seáles más blando. 

Y les diré: ¿Cuál fue más peregrino, 
vosotros que tomasteis el camino 
o yo que me quedé solo esperando?

 Mario Villegas Galarza* 
Manizales, julio de 1963.

*Escritor, intelectual y poeta caldense, participante y cofundador del grupo de "La tertulia "Las 13 Ppipas", 1962

domingo, 17 de agosto de 2025

Una hoja de hierba. Del gran poeta estadounidense, Walt Whitman

 

Una hoja de hierba

 

Creo que una hoja de hierba no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar
a seis trillones de infieles.

 

Descubro que en mí
se incorporaron el gneiss y el carbón,
el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.
Que estoy estucado totalmente
con los cuadrúpedos y los pájaros,
que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos
y que puedo hacerlo volver atrás,
y hacia mí, cuando quiera.

Es vano acelerar la vergüenza,
es vano que las plutónicas rocas
me envíen su calor al acercarme,
es vano que el mastodonte se retrase
y se oculte detrás del polvo de sus huesos,
es vano que se alejen los objetos muchas leguas
y asuman formas multitudinales,
es vano que el océano esculpa calaveras
y se oculten en ellas los monstruos marinos,
es vano que el aguilucho
use de morada el cielo,
es vano que la serpiente se deslice
entre lianas y troncos,
es vano que el reno huya
refugiándose en lo recóndito del bosque,
es vano que las morsas se dirijan al norte
al Labrador.

Yo les sigo velozmente, yo asciendo hasta el nido
en la fisura del peñasco.

 

* Walt Whitman (Estados Unidos, 1819 - 1892) es uno de los autores clave de la literatura norteamericana y gran exponente del movimiento trascendentalista que buscaba explorar la relación entre el ser humano y la naturaleza.

Fue el primero en incursionar en el uso del verso libre, utilizando un lenguaje sencillo, cercano a todo público. Así, transformó la poesía en un espacio de libertad. Su estilo rompió moldes, su visión incluyó a los marginados y su voz sigue resonando como una afirmación vital de la existencia. 

                                                                               Datos del autor encontrados en "Cultura Genial".