domingo, 13 de julio de 2025

Las Vecinas del Cuento, colectivo de escritura creativa, recibe estímulo del municipio de Manizales.

El colectivo “Vecinas del Cuento es un espacio para la creación literaria conformado por mujeres que, después de su retiro laboral,  encuentran en la narrativa una manera de aportarle a la sociedad y a la cultura del país. 

Gracias a la adjudicación del estímulo por parte de la SECRETARÍA DE CULTURA Y CIVISMO de MANIZALES, este grupo de mujeres, que ha consolidado su trayectoria en el proceso creativo desde 2015, podrá publicar su primera antología Vecinas del Cuento. Una iniciativa fundamental para reconocer y difundir el valioso legado literario de  resistencia, expresión y reivindicación que ofrece una perspectiva única y enriquecedora sobre la vida, la memoria y la identidad.  

La antología, además de visibilizar el talento literario de sus autoras,  aporta a la construcción de un acervo cultural significativo para la sociedad en su conjunto. Actúa como un catalizador para el encuentro y el intercambio de saberes entre generaciones. 

En un contexto en el que las voces de las mujeres mayores son frecuentemente desestimadas, Vecinas del Cuento se convierte en un vehículo para fortalecer  la memoria, la identidad y la creatividad, fomentando una narrativa plural e inclusiva dentro del panorama cultural de la región.

Manizales, como centro de actividad cultural y literaria, reconoce el beneficio de iniciativas como esta para la integración de mujeres creadoras en el circuito literario; y para promover la memoria de la tradición literaria en el ámbito nacional como en el internacional.

Se espera la participación de instituciones y redes culturales comprometidas con la promoción de la literatura y la equidad de género en las artes.  Entre ellas, el Colombo Americano, la Alianza Francesa, el Banco de la República, la Red de Bibliotecas de Manizales y las casas de la cultura de la ciudad. La articulación con estas entidades será clave para la difusión y circulación de la antología, asegurando que el legado de Vecinas del Cuento alcance un público amplio y diverso. 

Próximamente se anunciarán las sedes y fechas donde se hará el lanzamiento oficial de la antología, así como las actividades en función de la misma.

Comparto esta publicación del blog "Justiniano y sus recuerdos"

https://justinianoysusrecuerdos.blogspot.com/2025/07/historia-sagrada.html?sc=1752431616887#c64616350732746449 





Historia Sagrada

 


Rafael Arango Villegas, el ingenioso humorista manizaleño, en su escrito “Como narraba la historia sagrada el maestro Feliciano Ríos”, con sabor localista propio de su pequeño mundo regional, humaniza a Dios al modo paisa y nos cuenta historias del Paraíso Terrenal, de Adán y Eva. Deliciosas de leer. Con frecuencia las recuerdo.

En un amable espacio de mi juventud, iluminado generosamente por el aguardiente Cristal, un contertulio revivió esa forma de narrar la historia sagrada. Repetía, de Rafael Arango, que las mujeres están en este mundo porque a nosotros, los hombres, nos dio la gana. Porque nos dio lástima de ellas y le dijimos a mi Dios que las hiciera. Él no había pensado ni por un momento en ellas. Este mundo estaba organizado para funcionar con hombres. Nada más que con hombres. Pero Adán, de puro majadero, se puso a pedírselas a Dios. Le dijo que le diera una compañera, y vea la “nadita” que nos acomodaron encima, después de lo sabroso que estábamos así solos.

Mi contertulio añadía de su cacumen notas sobre la pasión: algo durísimo cargar la cruz por una empinada cuesta como las de Manizales y así de mal tenida. Que las tres caídas había sido por fallas de mantenimiento en Jerusalén y que los apóstoles pensaron en una demanda, pero que el Espíritu Santo no los había dejado. Criticaba a las santas mujeres que trataron de consolar a Jesús con carajadas. Puras lagrimitas y enjaguándole el rostro con agua bendita y gotas de colonia. Que lo útil hubiera sido un buen trago de aguardiente.

Añadía que habían pillado a un arriero fuerte, de los de mi abuelo Justiniano, y lo habían forzado a ayudar a cargar la cruz. Que si se aguantaba a Don Justiniano se aguantaba cualquier cosa. Que había sido una tremenda ayuda.

Al final, después de la muerte de Cristo, contaba que pasaban en formación sobre el Gólgota los aviones de la fuerza aérea romana. Nosotros protestamos, que no era época de aviones, y él empujándose un aguardiente nos respondió: ¿Si no era época de aviones, que hacía Poncio el piloto?